Y hoy me vuelve a caer el 20 (Redescubriendo por que me enamoré)

Si, es vergonzoso lo abandonado que he tenido mi blog, y no es que me guste poner excusas pero he estado reventada de trabajo.

Aprovecho entonces durante mi break de almuerzo para postear un poco y contarles como ha estado todo por acá.

He estado en un periodo de prueba con Gabe, estamos se podría decir: estables. Pusimos las cartas en la mesa, le hice ver mis puntos. Ambas acordamos en que valía la pena salvar la relación. Y pues le hecharíamos ganas. Me hizo una promesa y hasta hoy la ha cumplido. Para ser la segunda semana desde entonces, creo que vamos bien.

Anoche me llamó a mi cel, ya estaba dormida y me preguntó directamente sin tapujos ni rodeos si aún quiero seguir con ella.

Me sorprendí, le dije que si. Que quiero. Me dijo que acababa de leer este post y que eso la puso a pensar mucho. Que le dolía que yo sufriera así. Lloré le dije que de verdad quiero seguir con ella, pero que mis miedos me traicionan. Sí miedos. Miedos a estos largos periodos de ausencia, miedos a que nos hundamos más y más.

Hace como una semana atrás, P@to y yo platicabamos. Le conversé sobre lo dificil que estaba la relación, le conté como me sentía, y la buena P@to me animaba a seguir adelante y luego me preguntó que por que amo a Gabe. Le conté mis razones.


Recordé aquella vez en la que me convencí de su amor. Cuando por X asunto ajeno a ella, y muy concerniente a mi , tuve un problema muy importante a tratar por telefono, donde durante lo solucionaba el credito de mi celular se había acabado y había dejado a medias una platica muy importante y no había manera de volver a comunicarme con ese numero.


Ese día tuve una crisis de nervios mezclada con una histeria de golosal magnitud. Yo pataleaba, gritaba, lloraba, maldecía y Gabe solo quedaba callada observando el show en donde ella era la unica expectadora.
Aprovechó lo que fueron 4 segundos mientras yo tomaba aire para continuar la rabieta, abrió la puerta del carro y se salió del asiento donde había permanecido inmutada desde que el saldo del celular había caducado y dijo, "Amor mejor te dejo sola para que se te pasé"
Sentí que me hervia la sangre y puedo recordar como sentí que derrepente mi cara estaba totalmente caliente.
Con una mirada un tanto diabólica la vi y le dije: "Si te vas te vas a arrepentir... Entrá al carro!"
Muy obediente o quizás a raíz de la amenaza volvío al interior del vehiculo. Pero su cara no tenía un gesto de disgusto ni miedo. Su mirada pacífica parecía vacía o al menos no afectada por la mía o por mis palabras.

Al cabo de unos minutos, habiendome desahogado me calmé. Respiré profundo... aun suspirando por la llorada, chillada y bramada de hace un minuto.

Voltee a ver a Gabe. Ella aún callada, sin decir una palabra. Seria.
Yo, comenzando a asimilar todo lo que dije, grité e hice. Comienzo el recuento de los daños:
Un hoyo justo arriba de la guantera del carro causado cuando aventé el celular y lo estrellé contra el trablero del carro.
Mi celular había desaparecido.
Las huellas de mis zapatos a causa del polvo ponían en evidencia las repetidas veces que pateé el tablero.
Mi cara estaba roja, que de haber sido verde hubiera jurado que el efecto HULK es real.
Mi bolso yacía cual victima de terrible accidente cuyas tripas se habían salido de sus entrañas y quedaban expuestas casi en su totalidad. Lápiz labial, delineador de ojos, monedero, facturas, maquillaje, lentes de sol, anteojos, algunos billetes y recibos aun por pagar. Todo estaba desparramado por todas partes, algunas en el suelo, otras en el asiento... Era como si un ciclón recien había pasado por dentro de aquel vehiculo sedan .

Gabe solo me miraba...

Al cabo de 1 minuto sepultado en el silencio y en las miradas sombrías, cuyos segundos tardaban minutos, Gabe finalmente rompió el silencio.

Fue extraño.

No hubo palabras.

Ni una sola...

Gabe explotó a carcajadas y echó a reir.

Yo tenía una cara de (o.O) No podía asimilar lo que pasaba, era como lo ultimo que hubiera esperado.

Gabe seguía riendose... y me decía:
"amor estas loquita.." - y volvía a reir... y me remedaba, y me decía:
"pobrecito mi carro, ¿Que culpa tenía de tus arrechuras?"

Juré que había cruzado el umbral que conduce a un universo paralelo.

Gabe no estaba enojada, no estaba nerviosa, y mi amenaza no le causó más que risa y ternura.

En ese momento me convencí de que era la mujer que necesitaba. La que tomará mis arranques de histeria de la manera mas amable y graciosa. Y que era capáz de aguantarselo todo callada, como buena expectadora y al final reirse y encontrarle la gracia en el tremendo espectaculo que recien culminaba.
Sus carcajadas me contagiaron, la manera de como me remedaba hizo ver lo ridicula que me vi haciendo tremenda rabieta y ambas reimos a más no poder. Todo se había calmado. Mi frustración por no poder resolver aquel problema tan importante seguía presente, pero las risas contagiadoras de Gabe me hicieron verlo todo de otra manera.
Gabe tiene paciencia de santo. Al menos es la primera que me aguanta un cuadro de esos.
La amo. Se que me ama. Y ese gesto de calma, paciencia y risas me abrieron los ojos y darme cuenta de que Gabe es capaz de transformar mi llanto, dolor y desesperación en risas y buen humor.

Y así fue como me di cuenta de las cosas que me hicieron enloquecer por Gabe.

P@to no mas se reía y le gustó la anecdota.

Gracias Pati por haberme preguntado: "Porque amo a Gabe?" Entre cosas negativas es dificil recordar aquello que hace especial a la persona que amas.
Y como diría Gabe: "Recordar es volver a vivir"

Y si... yo tambien tengo mis lapsus de pendejez severa....